Sin animo sobre aburrir a las lectores con las preparativos del viaje o el desplazamiento identico, saltare desde todo el mundo las dias que transcurrieron en esas tareas hasta la noche en que Leonora, que de este modo se llamaba la devota femina, decidio entrar en la habitacion sobre Manuel, el fraile. Solamente aclarare que, para nunca tener que seducir a la paso e importunarlo, esto seri­a, de evitarse una explicacion que no sabia si su fe, magnificada o no, podria inventar, le habia quitado la valvula de la habitacion en un descuido a lo largo de el desayuno, segura de que en el hotel podrian hallar una grifo sustituta para ese aniversario, puesto que al aniversario sub siguiente ella, ya libre de aquel carga emocional, la empujaria debajo de algun mueble e incluso fingiria encontrarla ganandose, Igualmente, el respeto de las utilizados.

La noche llego; sentada en un flanco sobre la cama, con la destello apagada, las piernas juntas, el tronco en angulo ano, la valvula de la habitacion en la mano sobre su saya asi­ como la otra acerca de aquella, protegiendo su tesoro, parecia un maniqui, tan tiesa, con la mirada tan extravio, esperando a que todo el mundo, incluido su fraile, se hubieran dormido de merodear desprovisto obstaculos. Se habia Ya un vestido precioso que habia utilizado unicamente en otra circunstancia, en una casamiento, con un humilde sombrerito a juego que disimulaba su anhelante observacion pequeno un vaporoso manto, y no ha transpirado se habia maquillado. Parecia ridiculo, Ya que no esperaba que su fraile estuviera despierto desplazandolo hacia el pelo por tanto ninguna persona iba a verla asi vestida, sin embargo habia interes la urgencia sobre vestirse de tan fundamental situacion desplazandolo hacia el pelo, puesto que nada parecia tener explicacion, ni siquiera se la busco a esta excentricidad. Hacia las 2 de la manana el maniqui cobro vida. Se levanto silenciosamente desplazandolo hacia el pelo muy lentamente fue inclusive la camino, que entreabrio con sumo cuidado: no habia nadie en aquel pasillo. Con la misma cautela, dirigio las consejos hasta la escalera y no ha transpirado bajo al piso inferior. Luego, con el tiempo extraordinario sigilo, llego inclusive la habitacion del fraile, deslizando la valvula que tenia en la mano tan suavemente que el planeo de la mosca habria sonado mas intenso.

El fraile dormia acerca de la cama. De ningun modo, ni en el mas lujurioso de sus suenos, habria imaginado al fraile desnudo referente a el colchon, mostrando con insultante impudor un cadaver absolutamente inmejorable, tan rematado como su rostro. Por lo tanto Leonora se derrumbo y no ha transpirado no supo como continuar por consiguiente, lejos sobre crecer su fervor, sintio las calores subir por abajo sobre su vestido, esos mismos calores que sentia al despertar de sus fervorosos suenos. Extasiada desplazandolo hacia el pelo al identico lapso acorralada por su propio anhelo, el calor era tan grande que carente tratar, alla de pata, contemplando a su bello Manuel, se fue quitando la ropa con desprecio, igual que En Caso De Que la apartara sobre si, igual que En Caso De Que le molestara, a zarpazos, hasta mantenerse completamente desnuda, alla, sobre pie unido a su hombre. Permanecio asi un momento; parecia encontrarse llamado al maniqui que primeramente habia estado sentado en la cama esperando su instante, Incluso que el fraile se movio asi­ como ella sintio que el corazon iba a volar sobre su torso de caer a las pies sobre su amado. Manuel se desperto, con esa enigmatica emocion que dan las presencias, desplazandolo hacia el pelo la vio alla de pata, desnuda, con su gorrito acerca de la comienzo y el manto cubriendo sus ojos, completamente paralizada. Por lo tanto se levanto, fue hasta la novia asi­ como con suavidad le quito el sombrero asi­ como las trabas que sujetaban su cabello desplazandolo hacia el pelo luego, rozando con la mano uno sobre las pechos, la beso tiernamente en las labios.

Al ano sub siguiente Manuel y Leonora tuvieron un vi?stago. Ya no volvieron a la iglesia, pero a Leonora le habria gustado.

EL ESCUDO DEL CRIMEN

Cualquier comenzo con un pequeno tubo que Eduardo corto asi­ como limpio a partir de un pedazo sobre bambu que alguien habia por los suelos al pavimento. Con su pequena navajita cortaunas se entretuvo recortando uno de los lados en curva asi­ como despues agregando dos agujeros, individuo enfrente y otro detras, con la idea de elaborar un silbato. Lo fue probando entretanto lo cortaba y no ha transpirado, aunque no sonaba, penso que quiza habria que esperar a que estuviera acabado para realizarlo sonar. De forma que continuo cortando, limpiando y no ha transpirado tallando hasta que tuvo un diminuto silbato sobre bambu. Entonces se lo acerco a la boca asi­ como soplo, No obstante siguio sin escucharse nada. Tapo uno de los agujeros, despues el otro, y no ha transpirado siguio En Caso De Que escuchar ninguna cosa. Lo miro desplazandolo hacia el pelo, an aspecto de tirarlo, dandolo por inutil, se dio cuenta de rapido sobre que habia bastantes lagartos a su alrededor. Sorprendido, volvio a soplar por el silbato asi­ como contemplo como a sus soplidos acudian mas lagartos a su avenencia. Por lo tanto se dio cuenta de que, si bien el novio no escuchaba ninguna cosa, las lagartos si debian de oir un pitido que les hacia presentarse, atraidos quiza por la promesa sobre un alimento, el sonido de un animal moribundo pidiendo socorro, el rozamiento de un insecto que se agita en el asfalto, puede que una cucaracha que se ha dado la vuelta por error asi­ como no puede retomar su orientacion, o atraidos quiza por la promesa sobre amor, el canto sobre una hembra en celo o la lucha entre hembras por el igual macho, o cualquier otro sonido que por algun finalidad atraia a los animales. Sorprendido asi­ como divertido a la oportunidad, Eduardo comenzo a https://besthookupwebsites.net/es/smore-review/ soplar sin frenar de comprobar hasta cuantos lagartos podian acudir a su convocatoria. Pronto aquel rincon del jardin se lleno sobre lagartos inclusive igual aspecto que ya no se veia el pavimento y no ha transpirado Eduardo, atrapado repentinamente en un ataque de risa, continuaba soplando desplazandolo hacia el pelo soplando inclusive que tropezo asi­ como cayo hacia detras, rodeado como estaba de lagartos, tragandose por siniestro su silbato. Y no ha transpirado quiza el aire que intentaba aspirar entretanto se tragaba el silbato continuara emitiendo aquel pitido por motivo de que, Ahora en el pavimento, los lagartos comenzaron a entrar por su boca desplazandolo hacia el pelo el ya nunca podia hacer ninguna cosa porque bien nunca podia inhalar, a cada lagarto que entraba le faltaba mas viento y, lo que es deficiente, nunca podia dejar sobre reir, por motivo de que su ataque de risa se habia representante de su particular panico.

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